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Soy Kenya y desde hace varios años escribo cuentos para enseñarle a los más pequeños a desarrollar sus habilidades emocionales.

Amo escribir.

Amo leer.

Pero amo más poder crear estas historias y ver la emoción de los peques cuando las leen y se identifican con los personajes.

Sin embargo, me di cuenta de que faltaba algo

Al principio no lo supe.

Pero después vino el momento Eureka 🤯

Un día, mientras vendía mis cuentos, una mamá me preguntó:

—¿Tienes algún material para aprender a leer?

Le contesté que no, porque era la verdad.

Pero esa pregunta empezó a darme vueltas y vueltas en la cabeza.

Y dio paso a más preguntas:

¿Cómo hago para que más niños compartan esta emoción que yo siento al leer y escribir?

¿Cómo puedo ayudar a los niños a aprender esta habilidad que me cambió la vida?

¿Cómo hago para que sea fácil y divertido?

y más importante: ¿Cómo hago para que ellos DESEEN aprender?

Un día lo vi claro…

Es mi palabra favorita.

Y puede que también la de tu peque.

Nacemos con ella. Es natural.

El problema es que conforme vamos creciendo, esa curiosidad se va apagando hasta hacerse casi imperceptible.

Es por eso que comencé a escribir cuentos para niños y a diseñar material adecuado para ellos.

Porque sé, de primera mano, lo IMPORTANTE que es ser CURIOSO y hasta dónde puede llevarte esa curiosidad.

Volviendo a la historia….

Como tenía muchas muchas ganas de encontrar la forma de ayudar a los niños a que adoptaran ese mismo gusto por las letras entonces empecé mi búsqueda.

Leí muchos libros de enseñanza.

Vi horas y horas de videos.

Tomé cursos de cómo enseñar a niños pequeños.

Me apoyaron maestras de preescolar y primaria.

Revisé a conciencia otros métodos de enseñanza de lectoesctitura.

En fin, usé todo lo que encontré para poder darle forma a mi idea.

Y dos años después…

Aquí estamos.

Con el método de 21 días para facilitar la lectoesctitura en mis manos.

Con lo perfeccionista que soy, no quería mostrarlo hasta haberlo probado con varios niños y saber que funciona.

Así que eso hice.

Lo he probado y comprobado.

Diseñé 21 cuadernillos, 1 para cada día.

Además incluí mi colección de cuentos para incentivar su interés por la lectura.

En la fase “Escucho“, nos sumergiremos en audios interactivos para familiarizarnos con los sonidos de las palabras.

Seguido de esto, en “Veo“, exploraremos el reconocimiento visual de las letras y su asociación con objetos y palabras.

La etapa “Leo” nos llevará a la aventura de leer cuentos cortos y frases sencillas, mientras que en “Escribo“, daremos los primeros pasos en la escritura a través de ejercicios de grafomotricidad y formación de palabras.

Por último, en “Repito”, consolidaremos lo aprendido reforzando las habilidades adquiridas.

Cuando involucras los 5 sentidos (en este caso el gusto no entra en escena, pero podría) tu cerebro tiene más herramientas para asimilar la información.

Y si le agregamos mi elemento favorito: las emociones

Entonces…

El aprendizaje se queda para toda la vida.

Piensa en esta frase que seguramente te dijo tu mamá:

Lo que bien se aprende, nunca se olvida.

Es cierto.

Aprendí a leer y escribir de una forma divertida y JAMÁS se me olvidó.

Mis padres son los verdaderos responsables de eso y se los agradezco con el corazón cada vez que aprendo algo nuevo.

Ellos nunca apagaron mi curiosidad.

Siempre me decían:

Tú puedes ser lo que tú quieras.

Y eso hice.

Eso soy.

Tu peque también puede.

Otra cosa que aprendí en mi búsqueda por desarrollar este sistema de aprendizaje, es que TODOS LOS DIAS SE APRENDE.

Y eso es parte fundamental del método de 21 días.

El material que incluye está pensando específicamente para eso.

Sin eso no hay un avance consistente.

No se trata de forzar a los peques a aprender algo que probablemente ni siquiera les interesa.

Y es normal.

A su edad todavía no saben lo mucho que les servirá esta habilidad en su vida.

No alcanzan a vislumbrar su futuro.

Y lo importante que aprender a leer y escribir será para ellos.

Y más que eso, no saben aún qué libro será el que les cambiará la vida después de leerlo.

O qué escrito será el que los hará triunfar en su carrera profesional.

Y es normal.

Son muy pequeños.

Pero nosotros, que ya somos un poco más grandes, lo vemos.

Es por eso que tenemos que encontrar la forma de que se interesen por aprender.

¿Y cómo lo hacemos?

Sencillo.

Usando su forma natural de aprender.

El juego.

Esa es la columna vertebral del método de 21 días.

Y funciona.

No lo digo yo, lo dicen ellos.

Pregúntale a tu hijo o hija qué es lo que más disfruta hacer.

Sin miedo a equivocarme, sé que su respuesta será JUGAR.

Aquí tengo que decirte algo MUY IMPORTANTE.

Tal vez es mucho más importante que todo lo anterior.

¿Lista?

Mira.

Jugar es mucho más divertido si hay más de un jugador.

No lo digo yo, lo dicen ellos.

Así que para que este método realmente funcione tendrás que jugar también.

Esto lo hice a propósito.

Es así.

Te lo digo porque no quiero mentirte.

Si mis padres no se hubieran involucrado en mi aprendizaje no hubiera sido igual.

Tu peque quiere estar contigo.

Es la verdad.

Y sé que tienes miles de cosas qué hacer en el día, por eso creé:

¿De qué trata?

Cada día dedicaremos 45 minutos a aprender.

20 minutos de actividades
5 minutos de descanso
20 minutos de actividades

Esto, a fin de que puedas dedicar un tiempo exclusivo para apoyar a tu peque en su camino de aprendizaje.

Y no es al azar.

Está fundamentado en la técnica Pomodoro.

Una forma de aprovechar mejor el tiempo.

Abordaremos todo lo importante:

  • Desde las habilidades de Pre-escritura y trazado
  • Reconocimiento y escritura de las letras con sus variables de consonantes y vocales
  • Aprender a deletrear
  • Dividir en sílabas
  • Formar oraciones
  • Hasta llegar a los ejercicios de comprensión lectora.

En fin, podría seguir escribiendo hasta el infinito sobre esto, pero prefiero que lo veas por ti misma.

Si todo lo que has leído hasta ahora te resuena, y crees que este método le puede ser de ayuda a tu peque para aprender a leer y escribir

Entonces…

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